Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Septiembre 2011

PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos de nuevo con las catequesis del Año de la fe, reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener.

Audiencia General 03 de abril del 2013.



jueves, 1 de julio de 2010

BUENAS NOTICIAS CONVERSIONES EN MEDJUGORGE: AUTÉNTICOS MILAGROS CADA DÍA


Acabo de regresar de Medjugorje. ¿Qué les puedo decir? Hay que ir para vivirlo. Es verdad, María Santísima nos ve, nos guía en todo momento y lugar. Pero dejémosle a Ella que decida en qué punto de la geografía quiere dejarnos un mensaje. ¿Qué mensaje? El de siempre: oración, conversión de vida, perdón, ayuno, escuchar a su Hijo… lo mismo que en Fátima o en Lourdes. Pero hay algo más.

Lo que aquí llama la atención no es tanto la austera belleza de este pequeño pueblo enclavado al sur de la actual Bosnia-Herzegovina de aproximadamente tres mil habitantes. Aquí se encuentran vidas, personas, familias, que lo han dejado todo para transcurrir el resto de su existencia entre estas montañas verdes que se abren, al fondo, a un fecundo valle. Ellos acogen a los miles de peregrinos que llegan cada día, semana y año, ofreciéndoles su testimonio de conversión, y sobre todo de oración y piedad auténtica, que deshace al corazón más endurecido. Ellos, con su servicialidad sencilla y sincera a la vez, sin artificios, reflejan la caridad con que Dios nos ama y especialmente el poder infinito de su misericordia sobre los propios pecados.

Como los esposos Nancy y Patrick, canadienses de origen. Patrick era un hombre muy adinerado, dedicado a la venta de automóviles de lujo, y tan alejado de Dios que ni siquiera había bautizado a sus hijos. Un día Nancy le pone en sus manos un libro sobre los mensajes de la Virgen a los seis jóvenes videntes. Lee el primer mensaje y siente en su interior una fuerte sacudida y una voz que le dice: «Te estoy llamando por última vez». Le dice a su esposa que hay que venderlo todo e ir a vivir a Medjugorge. Ella le contesta: «¿Por qué?, ¿por qué quieres ir allí si nunca has estado?» y él le contesta: «María vive allá y yo quiero ser su vecino» Un solo mensaje bastó para superar treinta años lejos de Dios. En cuanto comenzaron a vivir los mensajes todo ha cambiado. Su hijo, el más difícil de todos, que vivía en las drogas, ahora ha formado una hermosa familia. Su padre le preguntó extrañado: «¿Qué te ha sucedido hijo mío?» y él le respondió con estas palabras: «Papá, cuando he visto que rezabas el rosario algo cambió en mi corazón. Entendí que yo también debía cambiar en mi vida». Lo venden todo y adquieren un terreno en donde edifican una casa para acoger peregrinos, especialmente sacerdotes necesitados de oración y de renovación espiritual.

Como aquel joven italiano, guía de un grupo de peregrinos, que se acerca pidiéndome una bendición para su comitiva. Y que al final me dice: “Padre, ¿me puede confesar?” Un joven maduro que encontró en Medjugorje una cita con la misericordia divina, tan fuerte que, dejándolo todo, decidió quedarse a vivir ahí, cobijado a los pies de la Reina de la Paz.

Como el testimonio de aquellas jovenes de la comunidad «Cenacolo» fundada por Suor Elvira, dinámica religiosa italiana. Su obra ha salvado tantos jóvenes de una verdadera esclavitud moral llevándolas a un encuentro salvífico con el amor de Cristo y reintegrándolas en la sociedad llenas de esperanzas en Dios y en ellas mismas. Porque en Medjugorge, María ejerce un increíble influjo en los corazones de todos sus hijos, especialmente los más necesitados del consuelo de una Madre.

Como tantas, tantísimas personas que ves subiendo descalzas, por las arcillosas y cortantes piedras del Krisevac, mientras recorren cada una de las estaciones del Via Crucis, con la mirada fija en la gran cruz blanca que corona la cima. Expresiones de fe auténtica. Aquí, en nuestra Europa, nuestra vieja Europa sacudida por las olas del materialismo y de un rancio anticlericalismo. Aquí, hombres y mujeres, jóvenes, muchos jóvenes y también niños, manifiestan su fe con total libertad, rosario en mano. Te los encuentras por doquier, de rodillas, rezando a la sombra de un árbol ante la bella imagen de mármol que señala el lugar de las primeras apariciones, en el monte Podbrdo. Esta imagen, dicho sea de paso, fue donada por un matrimonio coreano que vio cómo su hijo curaba milagrosamente de una enfermedad irreversible. Jóvenes y adultos que esperan su turno delante de los confesionarios, situados a un lado de la parroquia del pueblo, o confesándose espontáneamente con el primer sacerdote que se encuentran, en la gran explanada situada a espaldas de la iglesia del pueblo.

Nadie regresa igual. Aquí actúa una fuerza que cambia el corazón. Dicen los que han ido muchas veces, que lo mejor de Medjugorje viene precisamente después. Y es cierto. Es como si la Virgen María te siguiera «más de cerca», a partir de ese encuentro tan especial con Ella. Indudablemente Medjugorge es una fuente continua de esperanza y de renovación espiritual para el mundo, y especialmente para Europa. ¡Cuántos chicos y chicas han encontrado aquí a Dios!, ¡cuántos han descubierto que Él les amaba desde siempre!, ¡cuántos han escuchado aquí la llamada a dejarlo todo y seguirle, en la vida consagrada, sacerdotal o religiosa!

Sí, tal vez la conversión de la gente sea el hecho más sorprendente que acontece cada día en Medjugorge, pulmón del mundo de las conversiones. Los testimonios aquí mencionados son una pequeña muestra de ello. Pero existen muchísimos más en donde hay un «antes» y un «después», como es el caso de la escritora española María Vallejo-Nájera, del presentador italiano de televisión Paolo Brosio, o del actor Jim Caviezel, que interpretó el papel de Jesucristo en la película «La Pasión», por seguir mencionando algunos más. La Santísima Virgen María es sin duda la verdadera protagonista en Medjugore. Ésta es sin duda una «buena noticia» que comparto ahora con ustedes. María Reina de la Paz, intercede por nosotros para que la paz de Cristo reine en nuestros corazones y en el mundo entero.

P. José María Moriano, L.C.


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