Roma 29 de junio de 2010. EL Santo Padre Benedicto XVI en su homilía del día de hoy en la Basílica de San Pedro con motivo de la celebración de la solemnidad de San Pedro y San Pablo ha pronunciado estas palabras: ≤si pensamos en los dos milenios de historia de la iglesia, podemos observar que, como lo había preanunciado el Señor Jesús, para los cristianos nunca han faltado la pruebas, que en algunos periodos y lugares han asumido el carácter de verdaderas persecuciones≥. ≤Estas, ha agregado, a pesar de los sufrimientos que provocan, no constituyen el peligro más grave para la iglesia. El daño mayor, de hecho, ella lo sufre de aquello que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros y de sus comunidades, corroyendo la integridad del cuerpo místico de Cristo, debilitando su capacidad de profecía y de testimonio, empañando la belleza de su rostro ≥.
Citando al Apóstol Pablo, el Papa ha señalado algunos problemas de división, de incoherencia, de infidelidad al Evangelio que amenazan seriamente a la iglesia, y también, a aquellos comportamientos negativos que pertenecen al mundo y que pueden contagiar a la comunidad cristiana: el egoísmo, la vanidad, el orgullo, apego al dinero, etc. Siempre haciendo referencia a los testo paulinos, el papa ha agregado: ≤en cualquier modo, hay una garantía de libertad asegurada por Dios a la iglesia, libertad sea de los laicos materiales que buscan impedir y o coartar la misión, sea de los males espirituales y morales, que pueden corroer la autenticidad y la creatividad ≥.
Esther María Iannuzzo.
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