Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Septiembre 2011

PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos de nuevo con las catequesis del Año de la fe, reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener.

Audiencia General 03 de abril del 2013.



viernes, 30 de abril de 2010

MARÍA COMO MODELO DE FEMINIDAD


Ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso
(Lc 1,49)

≤Esto se refiere ciertamente a la concepción del Hijo, que es Hijo del Altísimo (lc 1,34), el “santo” de Dios; pero a la vez puede significar el descubrimiento de la propia humanidad femenina. “Ha hecho en mi favor maravillas”: éste es el descubrimiento de toda la riqueza, del don personal de la feminidad, de toda la eterna originalidad de la “mujer” en la manera en que Dios la quiso, como persona en sí misma y que al mismo tiempo puede realizarse en plenitud “por medio de la entrega sincera de sí”≥. (1)

Al pronunciar María estas palabras, durante su visita a Isabel, manifiesta alegría por la obra que Dios ha llevado a cabo en ella y reconoce la maravilla del don de la maternidad que es propio de la vocación de cada mujer y que en ese momento se está cumpliendo en ella. Al aceptar la maternidad está aceptando su feminidad.

En esto se nos presenta María como ejemplo, en ésta característica femenina, para la mujer de hoy. Por una parte le habla a las mujeres que aun reuniendo todas las condiciones para poder ser madres, renuncian a esta posibilidad porque el tener un hijo representa para ellas una atadura que les impide desarrollarse como profesionales y socialmente. Por otro lado, la matenidad conlleva el riesgo de perder la forma de algunas partes del cuerpo y esto las hace menos atractivas, ante los hombres y ante las demás mujeres. Estas son consecuencias del pecado original que ha contribuido a desvirtuar las caractrísticas tanto femeninas como masculinas, de la falta de formación en la niña y en la adolescente en cuanto a todo lo que le es propio de acuerdo a su feminidad y del efecto que provocan los esterotipos de mujer que se nos presentan continuamente en los medios de comunicación social.

Es cierto que el modo en que fue concebido el hijo de María es único e irrepetible, pero cabe destacar aquí algunos aspectos impotantes: primero la aceptación de la voluntad de Dios, por parte de María, consciente de que aceptando su voluntad, lo que Él lleve a cabo en ella respetará toda su integridad de mujer y solo podrá exaltar en ella todo lo que es propio a su feminidad. Dios que la ha creado no hará nada que vaya en contra de su naturaleza. En segundo lugar, la aceptación por parte de ella, a la realización de su vocación según el designio de Dios, la vocación de madre, que la lleva a una entrega de sí al hijo que involucra todo su ser. En tercer lugar, María no estaría sola, tendría a su lado a José y juntos podrían ofrecerle un hogar a Jesús, él se encargaría del cuidado de ambos. Jesús crecería dentro de un hogar formado por un padre y una madre, tendría ante sí las imagenes y el ejemplo de lo correspondiente a los modelos masculino y femenino realizados a plenitud.

En el momento de la anunciación María muestra una gran prudencia, característica de una mujer inteligente y sensata, cuando pregunta al ángel: ≤¿Y, cómo será esto pues no conozco varón?≥ y una gran confianza en Dios cuando responde ≤hágase en mí según tu palabra≥.

Manteniéndose siempre unida al Padre, María, supo descubrir el designio de Dios sobre ella al haberla creado mujer, atender a su vocación y desarrollar a plenitud su feminidad.


Esther María Iannuzzo.


(1) Cfr. Juan Pablo II, Mulieris Dignitatem N. 11


EL PODER DE LA SONRISA


¿Será la sonrisa un símbolo de alegría?, ¿y la alegría es capaz de transformarlo todo?, ¿tú, qué dices? yo digo que sí. Es como un tesoro inacabable que mientras más da, más se llena. Quien muestra una sonrisa, transpira alegría, atrae y nunca deja las cosas igual. Todos queremos, es más, buscamos estar con quien nos anima y estimula, buscamos a las personas alegres y que siempre tienen en su rostro una sonrisa. Puede ser que la vida nos trate mal, pero el estar con personas alegres es siempre un descanso en la montaña de la vida. Y cuando esas personas se apartan, dejan un hueco profundo en el alma y se van de la historia dejando en herencia un mundo mejor.

Basta una leve sonrisa en tus labios para levantar el corazón, para mantener el buen humor, para conservar la paz del alma, para ayudar a la salud, para embellecer la cara, para despertar buenos pensamientos, para inspirar generosas obras. Enséñate a sonreír, estudia la maestría de la sonrisa y demuéstrale a los sabios e intelectuales de este mundo, que aquí está el verdadero arte de vivir, el verdadero arte de ser feliz, en definitiva, la presencia de Dios en tu alma.

Sonríete hasta que notes que tu constante seriedad y severidad se hayan desvanecido. Sonríete hasta entibiar tu propio corazón con ese rayo de sol; irradia tu sonrisa: esa sonrisa tiene muchos trabajos que hacer, ponla al servicio de Dios. ¿Porqué no convertirte en apóstol de la sonrisa ahora? la sonrisa es tu instrumento, la caña para pescar almas y hacerlas felices. Santificando la gracia que habita en ti, te dará el encanto especial que necesitas para transmitir a los otros ese bien.

Sonríe a los tristes.
Sonríe a los tímidos.
Sonríe a los amigos.
Sonríe a los jóvenes.
Sonríe a los ancianos.
Sonríe a tu familia.
Sonríe en tus penas.
Sonríe en tus pruebas.
Sonríe en tus soledades.
Sonríe por amor a Jesús.
Sonríe por amor a las almas.

Deja que todos se alegren con la simpatía y belleza de tu cara sonriente. Cuenta, si puedes, el número de sonrisas que has distribuido entre los demás cada día; su número te indicará cuántas veces has promovido contento alegría, satisfacción, ánimo o confianza en el corazón de los demás. Estas buenas disposiciones siempre son el principio de obras generosas y actos nobles. La influencia de tu sonrisa obra maravillas que tú ignoras.

Tu sonrisa puede llevar esperanza y abrir horizontes a los agobiados, a los deprimidos, a los descorazonados, a los oprimidos y a los desesperados. Tu sonrisa puede ser el camino para llevar las almas a la Fe. Tu sonrisa puede ser el primer paso que lleve al pecador hacia Dios. También sonríele a Dios. Sonríe a Dios mientras aceptas con amor todo lo que Él te manda y merecerás la radiante sonrisa que Cristo fija en tí con especial amor por toda la eternidad.

“Sufrir con amor es delicioso, pero sonreír en el sufrimiento es el arte supremo del amor. Sonreír en el sufrimiento, es cubrir con pétalos vistosos y perfumados las espinas de la vida, para que los demás sólo vean lo que agrada, y Dios, que ve en lo profundo, anote lo que nos va a recompensar”.

P. Dennis Doren, L.C.

jueves, 29 de abril de 2010

Origen y significado de la dignidad de la mujer

≤Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó: mujer y hombre los creó≥ (Gn, 1,27).

La dignidad de la mujer, pues, tiene su origen en el haber sido creada a imagen y semejanza de su creador que es Dios, quien desde el primer momento la ama, la llama a ser su hija y la coloca al cuidado del hombre. Y es en comunión con Dios que esa dignidad puede mantenerse en alto.

Esta dignidad que desde el principio de la creación posee la mujer viene confirmada y realzada por Jesucristo, por su manera amable y respetuosa de tratar a las mujeres. Cristo fue ante sus contemporáneos el promotor de la verdadera dignidad de la mujer y de la vocación correspondiente a esa dignidad[1]. En varios pasajes de la biblia podemos ver como Jesús las trata como a un igual en medio de una sociedad que consideraba a la mujer un ser de inferior calidad. No tuvo reparos en dejarse tocar por prostitutas y por adulteras, por la hemorroisa, por mujeres en condiciones que las hacían ser consideradas, y aun hoy lo son, impuras, despreciables. Se dejaba tocar, y él a su vez las tocaba, para sanarlas de cuerpo y de alma. Una vez que estas mujeres se topaban con Jesús en su camino sus vidas cambiaban para siempre. A partir de ese momento es como sí comenzaran a renacer, comenzaran a descubrirse a sí mismas, a valorarse, a reconocerse como hijas de Dios y a dejar que su gracia actuara en ellas.

≤Se sorprendían de que hablara con una mujer≥ (Jn 4,27) porque era un comportamiento contrario a los israelitas de su tiempo, se sorprendían incluso los mismos discípulos de Cristo[2]. El modo de actuar de Cristo, el Evangelio de sus obras y de sus palabras, es un coherente reproche a cuanto ofende la dignidad de la mujer[3].

La dignidad de la mujer se relaciona íntimamente con el amor que ella recibe por su feminidad y también con el amor que, a su vez, ella da. La mujer no puede encontrarse a sí misma si no es dando amor a los demás[4]. Y es que amar es la vocación a la que están llamados todos los seres humanos, hemos sido creados por un ser que es amor y a imagen y semejanza de ese amor, y por ende, nuestra realización plena no puede darse sí no es en el amor.

Corresponde a cada mujer vivir de acuerdo a la dignidad que le ha dado Dios y que ha confirmado Jesucristo, no solo por el trato que le dio a las mujeres que encontró en su camino, sino también por habernos redimido. El acto de la redención es un hecho que confirma y eleva la dignidad de cada ser humano.

La mujer de todas las épocas y de todas las culturas y religiones siempre ha tenido un gran desafío ante sí: el descubrir su dignidad, el aprender a valorarla y el hacerla respetar. Esa tarea toca a todas y cada una de nosotras sin excepción. Si no valoramos y respetamos nuestra dignidad nadie lo hará. Debemos reflejar esa dignidad en todos los actos de nuestra vida, en nuestra forma de actuar, lo que decimos, como lo decimos, en nuestra manera de vestirnos y de conducirnos, en la forma como tratamos a los demás y la manera como realizamos nuestro trabajo.

Sí tú no tuvieras el valor que tienes, Dios no hubiera enviado a su hijo a dar su vida por ti, Jesús vino a redimirnos a todos por igual; a los hombres y a las mujeres.
[1] JUAN PABLO II, Mulieris Dignitatem, N. 12[2] Cf. Ibid.[3] MD, N. 1.5[4] Cf. Ibid., 30

Esther María Iannuzzo.

jueves, 22 de abril de 2010

EL MENDIGO QUE CONFESÓ AL PAPA

Hace algunos días estuve platicando con unas familias, y en la conversación salió a relucir la humildad del Papa Juan Pablo II y su gran capacidad de hacerse todo a todos para llevarlos a Dios.

Realmente podemos afirmar "La esperanza nunca muere". Siempre tenemos una chance para crecer, superar dificultades, y sobre todo, una oportunidad para salir adelante. Les comparto esta historia con la seguridad que nos ayudará a todos a agradecer estos testimonios de vida que tanto necesitamos.

Hay un programa de televisión que conduce la madre Angélica en Estados Unidos (EWTN), en donde se relató un episodio poco conocido de la vida de Juan Pablo II. Es un episodio muy interesante y conmovedor.

Sucede que un sacerdote norteamericano de la diócesis de Nueva York viajó a Roma y se disponía a rezar en una de las parroquias de esta ciudad; al entrar, se encontró con un mendigo. Después de observarlo durante un momento, el sacerdote se dio cuenta de que conocía a aquel hombre. Grande fue su sorpresa cuando reconoció en ese mendigo a un compañero del seminario, ordenado sacerdote el mismo día que él. Ahora, sin embargo, apenas lo reconocía por su descuidada apariencia y en un estado deplorable al mendigar por las calles. El sacerdote, tras identificarse y saludarle, escuchó de labios del mendigo cómo había perdido su fe y su vocación; ante ello, quedó profundamente estremecido, sin embargo, trató de darle unas palabras de consuelo.

Al día siguiente, el sacerdote llegado de Nueva York, tenía la oportunidad de asistir a la misa privada del Papa, al que podría saludar al final de la celebración, como suele ser la costumbre. Al llegar su turno, sintió el impulso de arrodillarse ante el Santo Padre y pedir que rezara por su antiguo compañero de seminario, y describió brevemente la situación al Papa. Un día después, el sacerdote venido de Nueva York recibió la invitación del Vaticano para cenar con el Papa, en la que se le solicitaba llevara consigo al mendigo de la parroquia.

El sacerdote volvió a la parroquia y le comentó a su amigo el deseo del Papa. Una vez convencido el mendigo, le llevó a su lugar de hospedaje, le ofreció ropa y la oportunidad de asearse. El Pontífice, después de la cena, indicó al sacerdote que lo dejara solo con el mendigo. Ya a solas, le pidió al mendigo que escuchara su confesión, y que quería confesarse con él. El hombre, impresionado, le respondió que ya no era sacerdote, a lo que el Papa contestó: "Una vez sacerdote, sacerdote siempre". "Pero estoy fuera de mis facultades de presbítero", insistió el mendigo. "Yo soy el Obispo de Roma, me puedo encargar de eso", dijo el Papa.

El hombre, rendido ante la insistencia del Papa, escuchó la confesión del Santo Padre y le pidió a su vez que escuchara su propia confesión. Después de ella, lloró amargamente. Al final, Juan Pablo II le preguntó en qué parroquia había estado mendigando, y le designó asistente del párroco de la misma, y encargado de la atención a los mendigos.

Casi sobran comentarios de este relato que hizo público el mismo mendigo, en donde podemos aprender por lo menos dos cosas: Por un lado, el afán insaciable del Papa por salvar a todas las almas. Y, por otro, también podemos aprender a tener esperanza en el hombre, que siempre puede reconciliarse con Dios, no importando su condición, ni lo alejado que se halle.

Imitemos ese afán del Papa por acercar almas a Dios; y nosotros mismos, no perdamos nunca la esperanza de reconciliarnos con Él. Estos son los testimonios que llenan de esperanza nuestra vida cristiana, y que un acto real de humildad puede cambiar tu vida y de cualquiera, ¡inténtalo!


P. Dennis Doren, L.C.




sábado, 17 de abril de 2010

ORACIÓN POR EL PAPA

Oh Jesús, Rey y Señor de la iglesia: renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu vicario en la tierra, el Papa. En él tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el desasociego. Creo firmemente que por medio de él tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera iglesia: una, santa, católica y apostólica. Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas. Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad. Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida, firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención. Así sea.

jueves, 15 de abril de 2010

Aclaratorias en relación a las polémicas desatadas por las declaraciones del Cardenal Bertone en Chile al referirse a casos de sacerdotes pedófilos

Con relación a las declaraciones dadas por el Cardenal Secretario de Estado del Vaticano Tarcisio Bertone en una rueda de prensa realizada en el Seminario Pontificio de Santiago de Chile el pasado 12 de abril, ante la pregunta que le hicieran sobre los casos de pedofilia relacionados con sacerdotes de la Iglesia Católica; es necesario aclarar tres aspectos:

1. Cuando el Cardenal Bertone dice que la pedofilia está más relacionada con la homosexualidad que con la castidad no está diciendo o queriendo decir que todos los que practican la homosexualidad son pedófilos. Esta aclarando que los sacerdotes que han cometido abusos sexuales contra niños y adolescentes (en este caso el término es efebofilia porque ya han superado la pubertad) no lo han hecho porque su condición de sacerdotes le exige vivir en castidad, condición que han aceptado voluntariamente cuando hicieron sus votos o promesas de castidad, está diciendo que los casos de los sacerdotes que han cometido abusos sexuales contra menores que ha estudiado la Santa Sede han sido actos homosexuales ya que en su mayoría se han realizado con varones que han superado la pubertad. Un 81% de los casos las víctimas han sido varones y de estos la mayor parte han sido adolescentes. La pregunta del periodista se refería a los casos de pedofilia relacionados con sacerdotes, el periodista no estaba preguntando sobre qué opinaba el Cardenal sobre los homosexuales.

2. Ante las diversas manifestaciones que han realizado los movimientos pro-gay, y todos aquellos que no son homosexuales pero que defienden los llamados “derechos homosexuales”, en diversas ciudades del mundo porque han interpretado las declaraciones del Cardenal como una acusación de éste hacia los homosexuales llamándolos pedófilos y como un rechazo de la Iglesia hacia aquellas personas con tendencias homosexuales y/o personas que practican la homosexualidad, es importante aclarar lo siguiente: la iglesia no rechaza a nadie, la iglesia rechaza y se manifiesta en contra de toda conducta contraria a lo que corresponde a la dignidad de la persona humana y en contra de todo lo que atente contra del bienestar social.

Con relación a la homosexualidad la iglesia se manifiesta en un documento publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en diciembre de 1975 llamado Declaración “Persona Humana” acerca de ciertas cuestiones de ética sexual. En el punto 8 hace la diferencia entre los homosexuales cuya tendencia proviene de una educación falsa, de hábitos contrarios, malos ejemplos, etc y dice que en este caso es transitoria o al menos no incurable. Y los homosexuales que son irremediablemente tales por una especie de instinto innato o de constitución patológica que se tiene por incurable. En esta segunda categoría aun cuando la tendencia es de origen natural no se considera una justificación para la realización de actos homosexuales. La declaración finaliza este punto con las siguientes palabras tomadas textualmente. “Indudablemente esas personas homosexuales deben ser acogidas, en la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación social. También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia. Pero no se puede emplear ningún método pastoral que reconozca una justificación moral a estos actos por considerarlos conformes a la condición de esas persona”.

Con esto queda claro que la iglesia no rechaza a los homosexuales, que invita a cogerlos para ayudarlos a superar su problema, claro está sí la persona realmente quiere superarlo, pero que de ninguna manera puede aprobar actos que atenten contra la naturaleza humana.

3. El comunicado emitido por La Sala de prensa de la Santa Sede el día miércoles 14 de abril a través de su portavoz el Padre Federico Lombardi, S.J. no pretende desvincular al Vaticano de las declaraciones emitidas por el Cardenal Bertone como ha sido publicado en diferentes medios de comunicación, pretende aclarar lo dicho por éste. A continuación el texto mencionado en el comunicado y que ha sido sacado de contexto por los medios de comunicación: "las autoridades eclesiásticas consideran que no es de su competencia hacer afirmaciones generales de carácter específicamente psicológico o médico, sobre las que remiten, claro está, a los estudios de los especialistas y a las investigaciones que tienen lugar sobre la materia".

Cuando dice que las autoridades eclesiásticas consideran que no es de su competencia hacer afirmaciones […]. Lo que quieren decir es que no es de la incumbencia de las autoridades eclesiales, en este caso del Cardenal Bertone, afirmar que la pedofilia está asociada, en la mayoría de los casos, a la homosexualidad, porque ellos no son expertos en este tema y sí se ha hecho está afirmación es basada en los estudios que los especialistas en esta materia han realizado en los sacerdotes investigados por las acusaciones de abuso sexual.

Es importante subrayar que cuando el Papa o algún representante de la Santa Sede se pronuncian con relación a algún tema en particular lo hacen con total conocimiento del hecho o del tema en concreto. Esto no quiere decir que ellos por sí solos tengan conocimiento sobre todos los temas y materias. Para los asuntos sobre los que no son expertos contratan y se apoyan en especialistas serios de alta confiabilidad y es así como se pueden pronunciar sobre aspectos sobre y temas que no son de su competencia.

Para saber cuál es la postura de la iglesia con relación a algún tema y el porqué de esa postura debemos ir a los documentos de la iglesia. Con relación a los casos de abuso sexual cometidos por parte de sacerdotes a menores es recomendable leer la reciente Carta Pastoral del Papa Benedicto XVI dirigida a los católicos de Irlanda publicada el pasado 20 de Marzo del 2010 y que aunque la dirige a los católicos de Irlanda en realidad la está dirigida a todo el mundo.

Esther María Iannuzzo.

domingo, 11 de abril de 2010

Sor Faustina Kowalska: instrumento utilizado por Jesús para reparar el mal causado por los asesinatos de niños en el seno de sus madres.

En este segundo domingo de Pascua cuando celebramos la fiesta de la Divina Misericordia, alcancé a ver parte de la Santa Misa transmitida por EWTN y pude escuchar toda la homilía del celebrante; el Padre FranK Pavone director de Sacerdotes por la Vida. Además de hacer referencia al evangelio del día que habla del incrédulo apóstol Tomás, quien para creer que era cierto que el maestro había resucitado necesitó meter los dedos en su costado, el Padre Pavone hizo referencia a la fiesta que la iglesia celebra hoy hablando de la Divina Misericordia y dentro de este tema mencionó que aun cuando el aborto es uno de los pecados mas graves, Dios perdona a los padres y a todos los involucrados en un aborto, sí existe el arrepentimiento sincero.

El Padre Pavone hace referencia al pecado del aborto en este día en que se celebra la Fiesta de la Misericordia Divina, no sólo porque es uno de los pecados mas graves y porque él es uno de los mas férreos luchadores por la defensa de la vida de los niños en el seno de sus madres, sino también porque en el diario de Sor Faustina Kowalska, Apóstol de la Divina Misericordia, se hace mención al sufrimiento que este crimen causa en Jesús y del cual Sor Faustina participó en vida.

A continuación cito el texto contenido en el N. 1276 del Diario de Sor Faustina:

"Hoy deseaba ardientemente hacer la Hora Santa delante del Santísimo Sacramento, sin embargo la voluntad de Dios fue otra: a las ocho experimenté unos dolores tan violentos que tuve que acostarme en seguida; he estado contorsionándome por estos dolores durante tres horas, es decir hasta las once de la noche. Ninguna medicina me alivió, lo que tomaba lo vomitaba; hubo momentos en que los dolores me dejaban sin conocimiento. Jesús me hizo saber que de esta manera he tomado parte de su agonía en el Huerto y que Él mismo había permitidos estos sufrimientos en reparación a Dios por las almas asesinadas en el seno de las malas madres”.


En el día de hoy, al igual que lo hiciera con Sor Faustina, Jesús nos pide a cada uno de nosotros tomar acción para defender la vida de los no nacidos, reparar los sufrimientos que se han causado a Dios, al mismo Jesús y a las víctimas por todos los abortos cometidos, apoyar económicamente y espiritualmente a las mujeres que estén pensando en el aborto como una salida a lo que consideran un problema y ser muy misericordiosos con los padres que han abortado a sus hijos y que llevan consigo un gran sufrimiento.


La lucha por la defensa de la vida es de todos, no es condición necesaria pertenecer a un movimiento pro-vida para defender la vida, puedes apoyar a las mujeres embarazadas, a las madres solteras con un mensaje de aliento, ayudándolas a vencer sus temores y económicamente en lo que puedas, las ayudarías mucho sino las criticaras ni las juzgaras, independientemente de cómo haya ocurrido toda vida es sagrada y pertenece a Dios. Puedes ayudar también con tus oraciones y aportando recursos económicos a causas pro-vida.


Que Jesús Misericordioso te bendiga en este día y siempre y que te recompense generosamente por cada vida que hayas ayudado a salvar.


Esther María Iannuzzo.

LA TORMENTA


Hace algunos años tuve la oportunidad de pasar una temporada en un hermoso pueblo en el norte de España. El clima y el paisaje eran semejantes al de Manizales: con un sol agradable a la piel, con una brisa fresca por las tardes, con una lluvia también devastadora.

Una noche, mientras dormía plácidamente acurrucado bajo el peso de tres mantas, me despertó la luz de algunos rayos que iluminaban toda la habitación. Me di una y otra vuelta sin poder reconciliar el sueño. Entonces, vencido por ese destello natural, me decidí a contemplar tan grandioso espectáculo. Era la primera vez que observaba una cosa semejante. El cielo, cubierto por las nubes, parecía estar ausente. El viento mecía las ramas de los árboles y lograba desprender algunas hojas. Los perros, atemorizados, ni siquiera aullaban, tal vez enroscados en el rincón de sus jaulas.

Cada rayo era una descarga eléctrica enorme que iluminaba todo el valle por unos segundos. Cada rayo era un sol alargado, que llegaba hasta el suelo. Cuando eran dos o tres rayos juntos la visión de la noche desaparecía en tan alta claridad. ¡Qué grande espectáculo de fuegos artificiales naturales!

Hoy me parece estar en una de esas noches de otoño. El mundo, la sociedad vive en una oscuridad que no permite ver el cielo. Violencia, guerra, drogadicción, aborto, egoísmo, soledad. ¡Qué panorama! Sin embargo, un destello de luz me despierta del letargo. Un rayo ilumina toda mi habitación. Me levanto y veo un espectáculo maravilloso. Rayos al norte y al sur, al este y al oeste que al unísono, como entonando una grande sinfonía, interpretan el mensaje de la creación entera. Eres tú, joven, que te levantas y tu acción penetra como un rayo la vida de toda la sociedad. Estamos a tiempo, aún hay mucho que hacer y, en esta oscuridad, tu fuerza, valentía y fe brillan como un rayo en una noche de otoño.

P. Daniel Muñoz, L.C.


EL PROYECTO DE HOY SOBRE CADA UNO

Los caminos por los que transitamos en la vida en muchas ocasiones están acompañados de situaciones y acontecimientos no siempre claros, por el contrario, muchos de ellos están envueltos en muchos misterios que no comprendemos. Me imagino a Jesús un Domingo de Ramos, vitoreado, alabado, la multitud lo ha proclamado Rey; pero Él sabe que dentro de una semana esa misma multitud lo crucificará, ¡cuántos sentimientos encontrados!, ¡cuántas desilusiones!, ¡cuánta confusión en su corazón y en su mente! es que los caminos de Dios no son los nuestros, y sus proyectos superan, por mucho, a nuestras pequeñas expectativas. Pero en el fondo, y lo sabemos, hay un designio maravilloso y hermoso de Dios.

Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando.

Yo observaba su trabajo desde una posición más baja de donde estaba sentada ella; así que siempre me quejaba diciéndole que desde mi punto de vista, lo que estaba haciendo me parecía muy confuso y mal elaborado.

Ella sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía: “Hijo, ve afuera a jugar un rato, y cuando haya terminado mi bordado, te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo todo desde arriba”.

Me preguntaba por qué ella usaba algunos hilos de colores pálidos y porqué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba. Unos minutos más tarde, escuchaba la voz de mi mamá diciéndome: “Hijo, ven y siéntate aquí”.

Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo, desde abajo se veía tan confuso….

Entonces mi madre me explicaba: “Hijo, desde abajo lo veías confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba”.

Existía un diseño, solo lo estaba siguiendo. Ahora, al verlo desde arriba, ya sabes lo que estaba elaborando.”

Muchas veces a lo largo de los años, confuso, he mirado al Cielo y he preguntado a Dios N.S.: Padre ¿qué estás haciendo?

Él, creo que me explica: “Estoy bordando tu vida”.

Yo le replico: “Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos, los colores……parecen tan descoloridos, ¿porqué no son más brillantes?”

El Padre parece decirme: “Hijo, ocúpate de tú trabajo que yo seguiré haciendo el mío. Un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y observarás desde mi posición. Entonces entenderás…”

No dejemos de caminar de la mano de Dios en nuestra vida, y en especial en estos días de Semana Santa, aunque no entendamos, Dios sí sabe los por qués y los para qués de nuestra vida. Sólo tenemos que confiar y esperar que nos revele sus designios, como lo ha hecho a lo largo de la historia de la humanidad, como bien ha dicho el Papa Benedicto XVI “Dios no fracasa”, “las cuentas sin Dios no cuadran”. Dios nunca fracasará, las matemáticas divinas son perfectas, ¡qué maravilla es creer en este Dios! y ¡qué bueno que tenemos este Dios tan humano!, ¡qué Dios tan PADRE tenemos!

P. Dennis Doren, L.C.


sábado, 3 de abril de 2010

SE ME NOTA…. QUIEN RESUCITA ES DIFERENTE


En la Resurrección de Cristo hemos resucitado todos”. Que el anuncio pascual llegue a todos los pueblos de la tierra, y que toda persona de buena voluntad, se sienta protagonista en este día en que actuó el Señor, el día de su Pascua, en el que la Iglesia, con gozosa emoción, proclama que el Señor ha resucitado realmente.

Este grito que sale del corazón de los discípulos, en el primer día después del sábado, ha recorrido los siglos, y ahora, en este preciso momento de la historia, vuelve a animar las esperanzas de la humanidad con la certeza inmutable de la resurrección de Cristo, Redentor del hombre. Hoy es el día que este grito me interpela a mí, y que en este preciso momento me llena de alegría, paz y felicidad. Cristo verdaderamente me ha resucitado. Se nota fácilmente quiénes siguen a Jesús Resucitado:

  • Tienen un encanto especial.

  • Son alegres y acogedores.

  • No se dan importancia ni buscan aplauso o recompensa de cualquier tipo.

  • Están siempre dispuestos a aceptar los trabajos más duros o más humildes.

  • Son sinceros y responsables.

  • No tienen miedo, o saben vencer el miedo.

  • No se echan para atrás.

  • Son colaboradores, participativos, imaginativos.

  • Siempre son personas de esperanza, positivas.

  • Y son especialmente amistosas y pacificadoras, cálidas y cercanas, personas de toda confianza.

  • Viven o se esfuerzan por vivir las Bienaventuranzas.

  • No aman la riqueza por encima de todo, son austeras, sin apegos, saben compartir, incluso de lo que necesitan. Hacen opción por los pobres y se esfuerzan por ser pobres de espíritu.

  • No cultivan el orgullo ni se creen superiores.

  • No envidian ni se comparan.

  • Son humildes, vacías de sí mismas. Es la pobreza interior, la más difícil. Por eso son personas sufridas, llenas de paciencia y mansedumbre.

  • No se sienten ofendidas, porque no viven para sí.

  • No son indiferentes ante los demás, sino sensibles y compasivas.

  • Saben llorar con los que lloran, perfectas consoladoras. Otros lloran por los golpes que reciben, porque la vida les trata mal. ¡Cuántas lágrimas amargas e inocentes! No se rebelan ni odian ni se desesperan, pero lloran.

  • No toleran la injusticia, aunque sea al más pequeño. Luchan por un mundo solidario, en que todos consigan su dignidad y sus derechos. Sueñan con un mundo nuevo, con la civilización del amor.

  • No son duras inquisidoras, sino comprensivas y compasivas. Tienen entrañas de misericordia. Saben perdonar, estar cercanas, volcarse sobre las miserias humanas. Se conmueven ante cualquier sufrimiento, como Dios.

  • No aman la impureza o la mentira. Tienen el corazón limpio. Son libres, no les esclavizan los vicios. Son auténticas, transparentes, verdaderas. Se lavan con agua de arrepentimiento, reconocen su fallo o su error.

  • No utilizan la violencia, sólo para sí mismas; pero irradian la paz, y la crean, la defienden. Para todos, personas amigas del diálogo y promotoras de reconciliación y del perdón.

  • No se acobardan a la hora de defender al oprimido; lo defienden siempre, aún a riesgo de ser criticadas y perseguidas. Son profetas de la libertad y la justicia, y por eso, tantas veces son mártires.

¿Me reflejo en alguno de estos rasgos?


P. Dennis Doren, L.C.


ddoren@legionaries.org



Razones para dar la vida

En algunas librerías de nuestras ciudades encontramos títulos como estos: “razones para creer”, “razones para esperar”, “Diez razones para volver a amar”… Hoy, la trágica historia de nuestra sociedad, nos invita a encontrar razones para dar la vida.

Ahora bien ¿pueden existir motivos o valores de tal envergadura por los cuales un hombre o una mujer se sientan impulsados a dar la vida? Y pregunta más profunda aún: ese dar la vida ¿puede ser un acto bueno moralmente hablando?

Hace unos días hice estas preguntas a un grupo de jóvenes en un colegio y la respuesta fue dramáticamente el reflejo de lo que los jóvenes piensan en este momento. No hay valores por los cuales pueda un ser humano dar la vida.

¡Qué desilusión! ¿Por qué luchar entonces? ¿Qué puede dar sentido a una existencia que no se consume? Si no hay valores por los cuales dar la vida, la vida misma pierde su sentido, su encanto, su fuerza transformadora.

Los héroes patrios y los mártires religiosos nos dan una señal muy clara de que existen valores por los cuales es necesario dar la vida. Y ante una misión que cumplir ese dar la vida es un imperativo.

En el periódico de hace unos meses salió la noticia de la muerte de dos adolescentes que se ahogaron en el río Cauca. Ambos amigos de infancia. Uno de los amigos cayó al río. No sabía nadar. El otro se lanzó en su ayuda. La fuerza del río los arrastró varios kilómetros. Ambos se ahogaron. Ese impulso por salvar la vida de su amigo fue un imperativo en la conciencia de un adolescente. Ese imperativo nos une hoy en la lucha por la defensa de la vida de los inocentes, de los que no tienen voz y que, en muchos casos, nunca la tendrán.

Como conclusión podemos afirmar que existen valores por los cuales el hombre está llamado a dar la vida. Uno de esos valores que descubrimos en esta historia es que la vida de otro ser humano vale más que la propia. Por tanto, defender una vida dando la propia vida es un bien moral que trasciende los cálculos de la lógica materialista, hedonista y atea.

En el caso de la defensa de un no nacido ¿cómo podemos hacer eficaz esa defensa? A través del testimonio de coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos efectivamente. Esta coherencia de vida, en muchas ocasiones, puede transformarse en un modo de dar nuestra vida, tal vez renunciando a un puesto de trabajo; quedando mal con amigos que piensan diferente; perdiendo el curul y el voto en un partido político porque sigo mi conciencia y no la conveniencia política; teniendo más hijos cuando estar a la moda es tener más perros y gatos… Unos principios claros y un poco de imaginación nos darán las herramientas necesarias para defender este derecho fundamental: la vida.

P. Daniel Muñoz, L.C.