Desde diciembre del 2009 se comercializa en Europa, y en otros lugares, la nueva píldora anti-vida EllaOne, la de “los cinco días después”. No bastaba una píldora para el día siguiente, es necesario asegurarse de la eliminación de la nueva vida que pudo comenzar a existir tras mantener relaciones sexuales sin prevención y en periodos en los que la mujer pudiera haber sido fértil.
Al igual que su predecesora, “la píldora del día siguiente” cuyo principio activo era el levonorgestel, EllaOne, cuyo principio activo es el acetato de ulipristal, busca impedir que el embrión se anide en el útero materno (aunque a veces actúen como anticonceptivos impidiendo la ovulación si aun no se ha producido).
Ni la píldora del día siguiente ni EllaOne pueden actuar como anticonceptivos ni el día siguiente, ni mucho menos cinco días después, ya que los espermatozoides pueden alcanzar la trompa y fecundar el ovulo minutos después de la eyaculación produciéndose así la concepción de un nuevo ser. Esto es bien conocido por el laboratorio que fabrica estas píldoras, la empresa francesa HRA Pharma, y también por quienes la promueven enérgicamente el uso de estas píldoras llamándolas “anticonceptivos de emergencia”.
Al promocionarlas como anticonceptivos de emergencia que pueden “evitar” un embarazo proceden de manera engañosa ante las mujeres, no les hablan claro diciéndoles que actúan como interceptivos provocando el aborto del hijo recién concebido, negándoles así a las mujeres el derecho a elegir bajo consenso informado, pues saben que de hablar claramente muchas mujeres se negarían a consumirlas ya que buena parte de ellas lo que buscan es evitar un embarazo y no pretenden de ninguna manera provocarse un aborto.
Para inducir a las mujeres al consumo de estas píldoras y también al uso del DIU (Dispositivo intrauterino) los líderes anti-vida han logrado hacer pensar a muchos que el embarazo, la vida del hijo recién concebido, no comienza sino a partir de que el ovulo fecundado se implanta en el útero. Antes de esto no existe embarazo, no existe vida, por lo tanto no hay aborto, se pudiera hablar de aborto solo luego del que el ovulo fecundado se ha implantado en el útero. Y para darles confianza en el consumo de estos fármacos se les asegura que si al momento de la ingesta el ovulo fecundado se ha anidado ya en el útero estos son inofensivos y no pueden causarle ningún daño.
El acetato de ilipristal actúa produciendo alteraciones en el endometrio que hacen imposible la implantación del embrión (efecto interceptivo, anti-implantatorio). El acetato de ilipristal es un antiprogestágeno de segunda generación y su efecto consiste en bloquear la acción de la progesterona, hormona producida por el cuerpo de la mujer que tiene la función de acoger el óvulo fecundado para que pueda implantarse en el útero y de ayudar al embrión en su desarrollo inicial. Al bloquearse la acción de la progesterona luego de que el embrión ya se ha implantado en el útero se produce la muerte del mismo al impedirle su desarrollo (efecto contragestativo).
La acción de EllaOne es similar a la del pesticida humano, la píldora abortiva Ru-486, cuyo principio activo es la droga mifepristona, que bloquea la llegada de la progesterona al útero provocando la muerte del embrión.
El pasado 17 de junio en Estados Unidos la FDA (Food and Drug Administration) aprobó su comercialización como “anticonceptivo de emergencia”, negando sus efectos abortivos y calificándola como segura y eficaz para evitar embarazos. Esta aprobación es suficiente para que comience a comercializarse en muchos países, entre ellos los países de Latinoamérica.
Si bien, no siempre se producirá un aborto al consumirse esta píldora, puesto que no en todas las uniones sexuales se produce un embarazo, la intención del fabricante y de los que promueven su consumo es la provocar abortos, disminuir el número de pobladores de un país para hacer más ligera la carga en los Servicios Sanitarios y ahorrar dinero.
El uso de esta píldora, al igual que la píldora del día siguiente será promovida entre jóvenes adolescentes y para su adquisición se requiere de receta médica. De seguro las jóvenes comenzaran a utilizarla de manera indiscriminada.
La presentación de EllaOna es un único comprimido de 30mg y en Europa tiene un costo de 32,78 euros.
Al promover este tipo de fármacos se atenta contra la vida de un ser humano justo en el lugar donde más debería ser protegida, en el vientre de su madre.
El uso de medios interceptivos y contragestativos entran en el pecado del aborto y es gravemente inmoral. Además, en caso que se tenga la certeza de haber realizado un aborto, según el derecho canónico, existen graves consecuencias penales[1].
Esther María Iannuzzo.
[1] Cfr. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción Dignitas Personae sobre algunas cuestiones de Bioética. Nro. 23.
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