momentos del experimento.
A partir de la idea de crear organos y tejidos compatibles para todos los pacientes y no tener problemas con un número insuficiente de donantes, el Centro de Ingeniería Médica del Hospital General de Massachusetts (EEUu), ha creado el primer higado fabricado en laboratorio.
Uno de los responsables de la investigación, Korkut Uygun, aclara que se trata de una prueba de concepto, de un primer paso, necesario en el camino hacía un hígado artificial completamente funcional y apto para ser trasplantado a un enfermo. Se necesita trabajar mucho más en ello, señala, pero ha sido un excelente comienzo.
El trabajo es muy similar al que hace pocas semanas presentaron Doris Taylor, del Centro de Reparación Cardiaca de la Universidad de Minnesota (EEUU), y Francisco Fernández-Avilés, jefe del servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón. En su caso, habían logrado crear un corazón.
La igeniería tisular, hasta los momentos ha encontrado muchos obstáculos para las aplicaciones clínicas. En lo que a recreación de órganos adultos completos se refiere, existen dos problemas fundamentales. Por un lado, el elevado riesgo de muerte celular que existe cuando la perfusión de los tejidos no es la adecuada (faltan oxígeno y nutrientes) y, por otro, la dificultad de obtener estructuras tridimensionales.
Aplicando los métodos de la doctora Doris Taylor y su equipo de trabajo, se logran solucionar ambos problemas. El experimento consiste en obtener un órgano –en este caso un hígado- y quitarle las células dejando tan sólo el andamiaje, la matriz que las sustenta. Esto se consigue 'lavándolo' con detergentes enzimáticos. Después, mediante perfusión, se repuebla con células nuevas hasta obtener la estructura original pero compatible con el paciente.
El investigador indica que el trabajo muestra el desarrollo de varios métodos y protocolos, todos ellos importantes logros de la igeniería, pero "El más importante se refiere al método de perfusión que permite la distribución adecuada de las células por la matriz, un paso esencial para conseguir recrear un órgano completo".
Tras unas tres semanas de trabajo, el equipo logró implantar un hígado y hacerlo funcionar durante ocho horas en varias ratas. Después, el órgano de laboratorio continuó trabajando 'ex vivo' 24 horas más, para poder analizarlo con mayor detalle.
"Creo que esto es un gran logro de la ingeniería tisular hepática; hemos desarrollado la plataforma básica para alcanzar lo que antes no era posible. Pero aún que mucho camino por delante", concluye.
El trabajo fue presentado por el equipo en la paginas de NATURE MEDICINE.
Esther María Iannuzzo.
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