Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Septiembre 2011

PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos de nuevo con las catequesis del Año de la fe, reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener.

Audiencia General 03 de abril del 2013.



sábado, 20 de marzo de 2010

La importancia de la participación de la Mujer en la Esfera Política

  Balcón del Coliseo con vista a los
Foros Romanos.
Durante muchos años la mujer fue considerada políticamente incapaz, es a partir del siglo XX cuando en todos los países civilizados se comienzan a reconocer todos los derechos de la mujer como persona adulta en iguales condiciones que los hombres, cuando la mujer comienza a participar de forma activa en el mundo de la política.

Las mujeres poseen los mismos derechos a gobernar que los hombres, pero este derecho no lo debe ejercer como hombres sino como mujeres, es decir, aportando a ese “gobernar” todas las características y dones propios de la feminidad, eso que Juan Pablo II llamó “genio femenino”.

Para que ese gobernar sea justo, limpio y contribuya realmente a un mayor bien para todos, la mujer debe fundamentar su gobierno en la roca firma que es Dios, sí ella ha llegado a ocupar un puesto de envergadura política, es porque el mismo Dios así lo ha querido, ella no está allí para defender y promover sus propios intereses ni los de una minoría egoísta, ella ha llegado allí para defender los justos derechos e intereses de todos los ciudadanos que hacen vida dentro de su radio de acción.

Para que esto sea posible, debe ella practicar y promover todos los valores humanos, ella tiene el deber moral de actuar con ética, defender lo que es bueno y rechazar rigurosamente lo malo, lo que destruye a las personas y atenta contra la dignidad de estas.

Por sobretodo, debe defender la vida, la vida de cada persona desde su concepción hasta su muerte natural, Dios ha dotado a la mujer de características físicas y psicológicas que le permiten generar, acoger y proteger la vida, toda vida humana.

Defender el matrimonio entre un hombre y una mujer, todos los bienes y valores de la familia, apoyarla y fomentarla.

 Promover y facilitar el acceso a la educación en los lugares y en los extractos sociales donde no existe o es casi nula. Sí es católica deberá practicar y fomentar los valores cristianos, sin que por ello deba entrar en conflictos y discusiones negativas con miembros de otras religiones.

Como mujer debe defender y promover el respeto a la mujer en todos los ámbitos, sí proclama y dice estar del lado de los derechos de la mujer tendrá que ser coherente y hacer lo que esté a su alcanzase para no permitir su abuso y explotación.

No promoverá el libertinaje sexual, el uso de anticonceptivos y abortivos, la aprobación de leyes a favor del aborto, del divorcio y a favor de las uniones homosexuales ni la adopción de niños por parte de estos. Podrá crear leyes que impidan el uso y la explotación del cuerpo de la mujer en los medios de comunicación social y en cualquier tipo de publicidad.

Las mujeres que poseen poder e influencia por ocupar puestos políticos pueden promover la paz y la resolución de conflictos sin la necesidad de recurrir y/o apoyar guerras que generan pobreza y destrucción para la gran mayoría de los implicados y riquezas (*) y poder para muy pocos. Siempre, y sobre todo en casos extremos, la mujer debería acudir a su habilidad para el dialogo pacifico y a su don para conciliar y reconciliar.

En fin, las mujeres en cargos políticos tienen en sus manos la capacidad de humanizar o deshumanizar a la sociedad a través de cada una de sus decisiones y de sus acciones.

Sí una mujer reconoce que tiene vocación y habilidades para ocupar cargos políticos que sepa que esa vocación y esas habilidades les vienen de Dios, a Él le pertenecen y ante Él deberá responder. Sí desempeña bien su labor la humanidad entera y el mismo Dios se lo agradecerán.

Esther María Iannuzzo.


(*) Los fabricantes de armas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esther:
Haces un valioso perfil de la mujer que deberia participar en el ambito de la politica, pero, para llevar a cabo esos ideales, deberia redearse de personas con valores cristianos.

José Luis Carvajal dijo...

Hermosa tu foto y tu escrito. Unidos en la oración.