Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Septiembre 2011

PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos de nuevo con las catequesis del Año de la fe, reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener.

Audiencia General 03 de abril del 2013.



sábado, 11 de agosto de 2012

Compañeros de viaje.



Dios quiere que todos seamos sus mensajeros dondequiera que nos encontremos.

Por causa de mis estudios de Bioética debo viajar con frecuencia de Venezuela a Roma, haciendo siempre escala en Madrid ya que no tomo vuelos directos. En el transcurso de estos viajes que comienzan en mi ciudad Carora desde donde me traslado hasta la capital del Estado Lara Barquisimeto para tomar un vuelo interno hasta el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, en donde tomo el vuelo Caracas – Madrid, conozco y comparto con varias personas dentro de cada aeropuerto y al interno de cada vuelo.
Por lo general, cada vez que voy a Roma, junto con las clases a las que debo asistir debo también presentar algunos exámenes, por lo cual en mi equipaje de mano siempre llevo algún material de una de las materias de la cual debo dar un examen. Pero suele ocurrir que no estudio nada ni en los aeropuertos ni durante los vuelos. Sucede, casi siempre, que al cruzar dos palabras con alguna persona y comentar lo que cada una va a hacer en el destino al que se dirige; cuando yo digo que estudio Bioética me preguntan con cara de quien escucha o ve una cosa rara: “Y qué es ESO?” o dicen: “Disculpa mi ignorancia pero qué es Bioética”… Y allí comienza la cosa. Luego de definir etimológicamente la palabra bioética y mencionar algunos de los temas de los que se ocupa esta ciencia; comienzan las preguntas. Los temas más comentados son: el aborto, los anticonceptivos y recientemente el suicidio en los jóvenes como problema social, sus causas, etc.
Entre las personas con las que he compartido durante mis viajes del 2012 se encuentran: un flautista venezolano reconocido a nivel internacional que se me acercó en el aeropuerto internacional de Maiquetía mientras yo almorzaba en un conocido restaurante de hamburguesas y me preguntó que si se podía sentar conmigo. Yo lo reconocí y le dije que si, luego se sentó con nosotros un compañero suyo. Iniciamos una conversación y, luego de explicarle qué cosa es la Bioética, él tocó el tema del aborto. Me planteaba situaciones difíciles en las que según él se podía justificar el aborto, como en casos de violación y en el caso de una muchacha que él dijo conocer quién es epiléptica y quedó embarazada. Ante sus planteamientos yo respondía siempre que no, que si bien se trataba de situaciones muy difíciles, no se justificaba el aborto. Ante mi postura él se dio cuenta de que yo soy católica y me dijo: “Tú eres del Opus Dei” y yo le respondí que no. Dios se vale de muchos medios, este músico se me acercó y pidió sentarse en mi mesa porque me confundió con una artista. No creo en casualidades, espero haber hecho lo que me correspondía.           
En ese mismo viaje mi vecina de asiento en el vuelo Caracas – Madrid era una señora venezolana que vive en España con la que comencé a conversar apenas embarcamos. Luego de la cena yo me dispuse a estudiar una materia que se refiere a la vida pre-natal, saqué mis apuntes y el libro de texto que lleva el mismo nombre de la materia El Alba del Yo. Cuando la señora vio el libro me preguntó que de qué trataba y yo le respondí, luego me dijo que su nuera es neonatologola y que le podía venir bien ese libro, y comenzó a anotar los datos del libro, y allí comenzó otro dialogo en el que tocamos también los temas de la homosexualidad y del transexualismo.
Historias como estas tengo algunas otras. Al ver que situaciones como estas se repetían en cada uno de mis viajes y que si bien no cumplía mi propósito de estudiar en los aeropuertos y durante los vuelos y esto me creaba cierto malestar por una parte, por otra parte me di cuenta que en cada uno de mis viajes estaba encerrada una misión: la de propagar el evangelio de la vida. En cada uno de mis viajes realizo un apostolado, llevo mensajes a las personas con las que me cruzo, Dios me utiliza como un instrumento. Ahora, en medio de mis oraciones como preparación para cada viaje, incluyo la intención de poder ser un buen instrumento y de saber transmitir, a cada persona que me encuentro, el mensaje que Dios quiere que le lleve.
Así, como sucedo conmigo, Dios quiere que todos sean sus mensajeros dondequiera que se encuentren, que sean testigos con palabras y con hecho del Evangelio, que toquemos los corazones y las conciencias de cada persona con la que nos crucemos. Somos un puente entre Dios, nuestro Padre, y nuestros hermanos y debemos estar atentos a los que Él nos va pidiendo.

Esther María Iannuzzo.


1 comentario:

Guadalupe dijo...

QUE BELLO ESTHER, ES REALIDAD Y YO HE SIDO UNA DE LAS PERSONAS CON LAS QUE TE HAS CRUZADO EN ESOS VIAJES Y ERES DIGNA DE TODA MI ADMIRACION Y RESPETO.