En la obra Teresa evoca el momento en el que su ya marido Andrezej le pide que se case con él. Andrezej en ese momento preguntó a Teresa: ¿Quieres ser la compañera de mi vida? Él no pregunta ¿Quieres ser mi esclava?, ¿quieres estar sometida a mí y a mi voluntad por el resto de tu vida?
Él le ofrece vivir juntos una relación en la ambos estarán al mismo nivel. Tú serás mi compañera y te trataré como tal. Por su parte Teresa entiende el sentido de estas palabras y decide buscarse para la boda unos zapatos de tacón muy alto para verse tan alta como él.
Los esposos poseen igual dignidad de personas por lo tanto ambos están al mismo nivel en todos los aspectos.
Quiero ser tan alta como tú, significa ante todo que la mujer se reconoce a sí misma como una igual al hombre en cuanto a dignidad y que ella merece ser amada, tratada y respetada de acuerdo a esa dignidad.
La mujer en el matrimonio es una compañera del esposo y no una esclava. En el matrimonio ambos están el uno al cuidado del otro. Ambos deben organizarse para compatibilizar la vida familiar con la vida profesional. Ambos tienen el compromiso de acercar cada vez más al cónyuge a Dios y de ayudarlo a crecer en santidad.
Es importante, para la mujer que espera ser trata al mismo nivel y con respeto luego del matrimonio, mantener y manifestar esa dignidad y ese respeto por sí misma antes del matrimonio. El respeto en la pareja no inicia a partir del matrimonio, debe existir incluso antes de que inicie la relación de noviazgo y debe mantenerse en todo momento a lo largo de este.
Es muy difícil que luego del matrimonio se viva una relación de igualdad y de respeto si no se ha vivido antes de este.
La mujer que espera ser tratada a un mismo nivel, es decir no como un ser inferior a su marido, debe fijarse bien en quién y cómo es el hombre en el que coloca su corazón porque si se trata de un hombre que no se respeta a sí mismo no podrá nunca esperar que la respete a ella.
Para que un matrimonio esté a la altura de la unión querida por Dios entre el hombre y la mujer al principio de la creación, ambos, hombre y mujer, deben estar a la altura de ese compromiso que es un compromiso de amor, de respeto y de cooperación el uno con el otro, y que tiene su raíz en el amor de Dios hacia la humanidad que les ha creado hombre y mujer, diferentes pero complementarios, con igual dignidad y con la misión de poblar la tierra y dominarla (1) .
Esther María Iannuzzo.
2 comentarios:
Valioso articulo, ojala que se difunda entre la juventud para que comprendan la igualdad entre el hombre y la mujer, con diferentes misiones dentro del matrimonio, pero con igual dignidad.
Hola Esther me encanta este articulo; ojala muchos jovenes lean este escrito que marca el futuro de las parejas y su Santa Uniòn y que mejor q cuando estan en la etapa del noviazgo.
Te Felicito se ve que es un articulo que sale de un corazon, donde hay mucho amor a DIOS.
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