Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Septiembre 2011

PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos de nuevo con las catequesis del Año de la fe, reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener.

Audiencia General 03 de abril del 2013.



viernes, 14 de mayo de 2010

MARÍA LA ESCLAVA DEL SEÑOR


Yo soy la esclava del Señor;
hagáse en mí según tu palabra.
(Lc 1,38)


La iglesia ve en María la máxima expresión del "Genio femenino" y en cuentre en Ella una fuente de continua inspiración. [...] Poniéndose al servicio de Dios, ha estado también al servicio de los hombres: un servicio de amor. Precisamente este servicio le ha permitido realizar en su vida la experiencia de un misterioso, pero autentico ≤reinar≥. [...] ¡Su ≤reinar≥ es servir! ¡Su servir es ≤reinar≥!. (1)

Toda mujer por su condición de hija de Dios y por su vocación, al igual que María, es llamada a ≤reinar≥, mediante el servicio a Dios y a los demás; en e hogar como esposa y madre y fuera de él mediante el servicio a la iglesia y a la sociedad, estos dos útimos servicios también los realiza de manera indirecta dentro del hogar mediante la educación de los hijos que luego tendrá su incidencia significactiva dentro de la sociedad y en el crecimiento del Reino de Dios.

El hecho de que una mujer decida o no imitar la condición de esclava del Señor, asumida por María, tiene una gran incidencia dentro de la humanidad ya que contribuirá a llevarla por caminos del bien o del mal. Renunciar voluntariamente a las responsabilidades que nos exige cumplir nuestra vocación como mujeres es una grave omisión, es negarnos a llevar a cabo la misión para la cual Dios nos ha creado y las consecuencias de ello no se hacen esperar; tantas y tantas vidas desperdiciadas y arruinadas que caminan por caminos equivocados porque quienes tenían en sus manos la tarea de guiarlas y acompañarla por el camino justo mediante la palabra y el ejemplo, se negaron a cumplir con ella bien sea por ignorancia o por simple comodidad.

El ≤reinado≥ que el mundo muestra y propone a la mujer es muy diferente de aquel asumido a plenitud por la Madre de Dios. Para muchas mujeres hoy ≤reinar≥ no significa servir sino ser servidas, ser admiradas por su perfecta belleza, estar rodeada de objetos costosos, tener un sequito de personas a su disposición no para trabajar junto a ellas sino para que trabajen para ella, asumiendo el ≤reinar≥ un estar y sentirse por enciama de los demás. No es ser la compañera y el apoyo para el marido y la madre cuidadosa y amorosa de sus hijos, el realizar y realizarse en su verdadera vocación es para muchas mujeres una coerción a su libertad y un sacrificio enorme que no están dispuestas a asumir.


Esther María Iannuzzo.


(1) JUAN PABLO II, Carta a las mujeres N. 10.

1 comentario:

José Luis Carvajal dijo...

¡Muy bueno, Esther María, besos!