En una familia bien constituida se aprende a escuchar, a dialogar, a saldar las diferencias y a perdonar, todos estos ingredientes indispensables para que haya paz en cualquier lugar.
** Uniones entre homosexuales.
Este sitito ha sido creado con el propósito de promocionar la dignidad que posee todo ser humano desde su concepción hasta su muerte natural, divulgar y fomentar de manera especial la dignidad de la mujer y promover todos los valores que hacen de cada ser humano esa persona que Dios quiso que fuera desde el momento de su creación. Que Dios y la Santísima Virgen les bendigan. Esther María Iannuzzo.
| Balcón del Coliseo con vista a los Foros Romanos. |
Se quiere construir una sociedad sin Dios, y sin Dios, el hombre no tiene futuro, y las consecuencias ya las estamos sufriendo y experimentando. Dios es el futuro de nuestra vida, a nivel personal y a nivel social. Si quitamos a Dios de la existencia humana, el hombre se queda sin horizonte, efectivamente, pierde el piso. El hombre sin Dios queda amputado en una de sus principales dimensiones, la dimensión religiosa. Esta dimensión religiosa del hombre no se reduce a la esfera privada de la conciencia, sino que por la propia naturaleza humana, tiende a expresarse y a vivirse en sociedad.
Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores. Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano. Quiero la honestidad como motivo de orgullo. Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada a los ojos. Quiero la vergüenza y la solidaridad. Quiero la esperanza, la alegría, la confianza, la fe. Quiero callarle la boca a quien dice "a nivel de", al hablar de una persona. ¿Qué bien trae el "tener", si se pierde el ser"? ¡Y viva, sí, viva el retorno de la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como un cielo de abril, leve como la brisa de la mañana! Y definitivamente, común, como yo.
Adoro mi mundo simple y común. Tener el amor, la caridad, la solidaridad como base. La indignación delante de la falta de ética, de moral, de respeto, de prepotencia e injusticia. ¿Vamos a volver a ser "gente"? Tenemos una misión, única en nuestra sociedad actual: construir un mundo mejor, más justo, donde las personas respeten a las personas. ¿Utopía? No..., ¿sí?, ¿quién sabe?... Hoy es día para hacer el intento, es el día para marcar la diferencia.
P. Dennis Doren, L.C.
La idea de este artículo no es una clase de ética, puesto que ese sería un esfuerzo demasiado ambicioso. Sin embargo, quisiera ofrecerles unos principios de acción que emanan de la ley natural y la conciencia está obligada a reconocer y llevar constantemente a la práctica. Recordar estos principios naturales nos dará una nueva luz para enfrentar y juzgar los diversos problemas que la sociedad nos plantea en este momento y nos planteará en el futuro.
"Sí conocieras el don de Dios..." (Jn, 4,10). Estas palabras dichas por Jesús a la Samaritana bien podrían ser interpretadas de esta manera: Sí supieras el valor que para Dios tiene tu vida..., sí conocieras la dignidad de la que Dios te ha revestido..., sí valoraras la dignidad que posees..., sí aprendieras a amarte como Dios te ama...
Hace poco reflexionaba unas palabras del Santo Padre Benedicto XVI, en ellas afirmaba lo siguiente: Dios no fracasa. "Fracasa" aparentemente; así sucedió con Adán y con tantos otros, pero en realidad no fracasa, pues de ello saca nuevas oportunidades de misericordia mayor, y su creatividad es inagotable. No fracasa, porque siempre encuentra modos nuevos de llegar a los hombres y abrir más su gran casa, a fin de que se llene del todo. No fracasa porque no renuncia a pedir a los hombres que vengan a sentarse a su mesa, a tomar el alimento que cada día pone a nuestra disposición, en el que ofrece el don precioso que es Él mismo. Dios tampoco fracasa hoy. Aunque muchas veces nos responda "no", podemos tener la seguridad de que Dios no fracasa.