Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Septiembre 2011

PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos de nuevo con las catequesis del Año de la fe, reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener.

Audiencia General 03 de abril del 2013.



viernes, 25 de noviembre de 2011

Mi caminar con Dios


No sé cuál sea la experiencia que tú tengas, pero para mí ha sido todo muy claro, la generosidad de Dios supera, por mucho, lo que yo le pueda dar. Su amor, su paciencia, su perdón, su comprensión, son señales tan claras de su presencia cercana en mi vida, que sólo tengo palabras de agradecimiento y admiración.

Una cosa he aprendido en mi vida al caminar: “No puedo ganarle a Dios cuando se trata de dar” Por más que yo quiero darle, siempre me gana Él a mí, porque me regresa más de lo que yo le dí. Si yo doy, no es porque tengo, más bien tengo porque doy; y cuando Dios me pide, es porque Él me quiere dar; y cuando Dios me da, es porque me quiere pedir. Si tú quieres, haz la prueba y comienza a darle hoy, ya verás que en poco tiempo tú también podrás decir... Una cosa he aprendido en mi vida al caminar: “no puedo ganarle a Dios cuando se trata de dar”.

Un día, un hombre sabio y piadoso clamó al cielo por una respuesta. El hombre aquel, encabezaba un grupo de misioneros que oraban por la paz del mundo, para lograr que las fronteras no existieran y que toda la gente viviera feliz. La pregunta que hacían era: ¿Cuál es la clave, Señor, para que el mundo viva en armonía?

Entonces los cielos se abrieron, y después de un magnífico estruendo, la voz de Dios les dijo: COMODIDAD. Todos los misioneros se veían entre sí, sorprendidos y extrañados de escuchar tal término de la propia voz de Dios. El hombre sabio y piadoso, preguntó de nuevo: ¿Comodidad Señor?, ¿qué quieres decir con eso? Dios respondió:

La clave para un mundo pleno es: Como dí, dad; es decir, así como yo les dí, dad tú a tu prójimo. Como dí, dad tú fe; como dí, dad tú esperanza; como dí, dad tú caridad; como dí, sin límites, sin pensar en nada más que dar, dad tú al mundo.

Dios nos da un gran ejemplo de amor y humildad, ahora nos toca a nosotros, dando lo poco o mucho que podamos. Lo importante es hacerlo con amor y sin buscar nada a cambio, sólo querer el bien de los demás. Por eso la clave está en: Como dí, dad.

P. Dennis Doren, L.C.


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