Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Septiembre 2011

PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos de nuevo con las catequesis del Año de la fe, reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener.

Audiencia General 03 de abril del 2013.



miércoles, 30 de noviembre de 2011

Benedicto XVI: “Vosotras mujeres católicas sois para las iglesias locales como la columna vertebral”.


Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus.

En la presente exhortación apostólica el Papa dirige unas palabras a las mujeres del continente africano, valora la riqueza que ellas representan para el continente, hace referencia a las humillaciones a las que la gran mayoría de ellas son sometidas y resalta la importancia de la participación de la mujer en el desarrollo de las iglesias locales.

Las mujeres africanas, dice el Papa, con sus muchos talentos y sus preciosos dones son una gran riqueza para la familia, la sociedad y la iglesia. La iglesia y la sociedad necesitan que las mujeres encuentren el puesto que les corresponde en el mundo ≤para que el ser humano pueda vivir sin deshumanizarse completamente≥[1]. Que los obispos animen y promuevan la formación de las mujeres para que asuman ≤su propia parte de responsabilidad y de participación en la vida comunitaria de la sociedad y de la iglesia≥ Y así contribuirán a la humanización de la sociedad[2].

Junto con los padres sinodales, el Papa invita a los discípulos de Cristo a combatir todos los actos de violencia contra las mujeres, a denunciarlos y a condenarlos. Sería conveniente, señala, que los comportamientos dentro de la iglesia fueran un modelo para el conjunto de la sociedad. Son todavía demasiadas las prácticas humillantes para las mujeres, las vejaciones en nombre de tradiciones ancestrales[3]. Si bien, no se puede negar que se ha progresado en favorecer la promoción y la educación de la mujer en algunos países de África, sin embargo, en su conjunto, aún no se ha llegado a valorar y reconocer plenamente su dignidad, sus derechos y su aportación esencial a la familia y a la sociedad. La promoción de las jóvenes y las mujeres es menos favorecida que la de los jóvenes y los hombres[4]. En mi viaje a África, insistí en que ≤hay que reconocer, afirmar y defender la misma dignidad del hombre y la mujer: ambos son personas, diferentes de cualquier otro ser viviente del mundo que les rodea≥. El cambio de mentalidad en este campo es desgraciadamente demasiado lento. La iglesia tiene la obligación de contribuir a este reconocimiento y liberación de la mujer, siguiendo el ejemplo de Cristo[5] (cf. Mt 15,21-28; Lc 7, 36-50; 8, 1-3; 10,38-42; Jn 4,7-42)[6].

Hay que crear para la mujer un ámbito en el que pueda tomar la palabra y desarrollar sus talentos mediante iniciativas que refuercen su valía, su autoestima y su especificidad, esto, dice el Papa, les permitirá ocupar en la sociedad un puesto igual al del hombre – sin confundir ni uniformar la especificidad de cada uno -, pues ambos son imagen del Creador[7] (Cf. Gn 1,27)[8].

Vosotras mujeres católicas, os inscribís en la tradición evangélica de las mujeres que asistían a Jesús y a los apóstoles (cf. Lc 8,3)[9] . Sois para las iglesias locales como la ≤columna vertebral≥. Cuando la paz se ve amenazada y la justicia ultrajada, cuando la pobreza sigue creciendo, vosotras os mantenéis firmes en la defensa de la dignidad humana, de la familia y de los valores de la religión[10] . ≤Queridas hijas de la iglesia, aprended continuamente en la escuela de Cristo, como María de Betania, a reconocer su Palabra (cf. Lc 10,39)[11] . Formaos en el catecismo y en la Doctrina Social de la Iglesia, donde encontraréis los principios que os ayudarán a comportaros como verdaderas discípulas. Así os comprometeréis adecuadamente a los diferentes proyectos a favor de las mujeres≥[12].

Ante el mal de aborto, presente también de manera significativa en África, el Papa se dirige a las mujeres africanas con estas palabras: “No dejéis de defender la vida, pues Dios os ha hecho receptoras de la vida. La iglesia estará siempre a vuestro lado”[13].

Finaliza el Santo Padre, la parte de esta exhortación que ha dedicado a las mujeres con estas palabras: “Ayudad con vuestros consejos y ejemplo a las jóvenes para que afronten con paz la vida adulta. Ayudaos mutuamente. Respetad a las más ancianas de entre vosotras. La Iglesia cuenta con vosotras para crear una ≤ecología humana≥ mediante el amor y la ternura, la acogida y la delicadeza y, sobre todo, mediante la misericordia, valores que vosotras sabéis inculcar a los hijos, y de los cuales el mundo tiene tanta necesidad. Así, mediante la riqueza de vuestros dones propiamente femeninos, favoreceréis la reconciliación de los hombres y de las comunidades” [14].


Esther María Iannuzzo.



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[1] BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus, Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano, 19 de noviembre del 2011, N. 55.
[2] Ibid, N. 57.
[3] Entre otras humillaciones cito aquí, las mutilaciones genitales a las que son sometidas muchas jóvenes, en gran parte de los casos, por parte de sus mismos familiares.
[4] Cf. BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus, Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano, 19 de noviembre del 2011, N. 56.
[5] Cf. Ibid. N. 57.
[6] Mt 15,21-28 La mujer cananea; Lc 7, 36-50 Jesús perdona a la pecadora; Lc 8,1-3 Mujeres que siguen a Jesús; Lc 10, 38-42 Marta y María; Jn 4,7-42 Jesús y la samaritana.
[7] Cf. BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus, Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano, 19 de noviembre del 2011, N. 57.
[8] ≤Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer lo creó≥.
[9] ≤Juana, mujer de Cusa, mayordomo de Herodes; Susana y otras muchas, que los atendían con sus bienes≥.
[10] Cf. BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus, Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano, 19 de noviembre del 2011, N. 58.
[11] Tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del señor, escuchaba sus palabras.
[12] BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus, Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano, 19 de noviembre del 2011, N. 59.
[13] Ibid.
[14] Ibid.

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