Intenciones del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de Septiembre 2011

PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos de nuevo con las catequesis del Año de la fe, reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener.

Audiencia General 03 de abril del 2013.



sábado, 8 de mayo de 2010

La intervención de María en las Bodas de Caná


≤La naturaleza femenina debe ser purificada y para ello es necesario tener presente el modelo de la Madre de Dios en las Bodas de Caná: como ella prevenir el embarazo antes de que sea notado, como ella intuir donde hay una necesidad, como ella ayudar sin hacerse notar. Una mujer que obra así, es como un espíritu bueno presente doquiera≥.
Edith Stein.

Lo ocurrido en las Bodas de Caná pone en evidencia la disponibilidad al servicio a los demás de María. Resalta también la fe y la confianza que ella tenía en su hijo y que lo indujo a Él a obrar su primer milagro. Ella sabía que Él podía realizar el milagro, confió y el milagro se realizó. Por otro lado, es de destacar que el primer milagro realizado por el Hijo de Dios en la tierra fue gracias a la intervención de una mujer, es cierto que era su madre, es cierto que se trataba de una mujer llena de fe, es cierto también que debió ser una petición hecha con firmeza pero revestida de humildad como correspondía a la que se había autodenominado “la esclava del Señor”, pero con esto seguramente Jesús también quería demostrar lo importante que para Él y para su padre era la mujer en general, en una época en la que no era valorada y sus palabras y sus peticiones no eran tomadas en cuenta, y lo importante que es y el poder de hacer que se obren milagros que ante Dios tienen la suplicas de una mujer perfecta como María.

Esther María Iannuzzo.

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